jueves, 4 de diciembre de 2014

The river

Me levanto con un cielo fiel a las tonalidades grises. El volcan sigue escondido, y la llovizna viene y va.
Toca desayunar fuerte. Por suerte aun siendo Fortuna un lugar muy turistico y, por tanto, apatico, coincido con Will, un estadounidense jubilado que ejercia de profesor y que ha emigrado a Costa Rica porque su pension no le permite vivir en Los Angeles.
Un golpe de moral para ponerse la ropa aun mojada del dia anterior. Me voy de Fortuna sin ver su volcan ni su famosa catarata. Con este tiempo prefiero salir en busca de otros lugares. Por suerte, y a sorpresa mia, el factor animico esta muy alto.

Salgo en subida y al km 14 tengo que decidir si seguir por asfalto por la orilla norte del lago Arenal, o por pista siguiendo su orilla sud. Mas aliciente ofrece la segunda opcion, claro, pero la desicion depende de un rio, poco profundo pero muy bravo, que hay que cruzar. En boca de algunos se torna caudaloso e imposible de badear, y otras voces no ven ningun problema en superarlo.
Probaremos a ver. Pedaleados unos 20 kms de pista que se engulle en el bosque humedo, llego ala orilla este del rio.

Por mi solo dudo que lo hubiera cruzado, pero la mala fortuna del dia anterior se torna en suerte. Coindico con un guia local que acompaña en bici a dos guiris, y de repente llega otro guia a caballo guiando a otros dos gringos... que posibilidades estadisticas habra de que coincidan dos personas dispuestas a ayudarme, en el mismo momento y en un lugar tan recondito? Ha pasado y punto.
Mis dos alforjas pasan a caballo y la bici y material electronico a lomos del chico, que presume de buen cruzador de rios.
Yo paso como un cobarde solo llevando la tienda... y ya plantea un reto para mi.

Del otro lado la pista se torna mas complicada. Aunque preciosa, es un continuo encadenamiento de subidas y bajas cortas pero intensas.

Llego al punto donde debo decidir si seguir hacia Monteverde o hacia Tilaran. Voy a preguntar cuanto me queda. Acabo conociendo a Catalino y Francisca, una pareja de Paraguayos que han emigrado a Costa Rica por trabajo. La gente local los aparta porque hacen eficientemente el trabajo que ellos rehusan. Jornaleros. Gente humilde y rica en amabilidad.
Mientras el bus a Monteverde me tima 35 dolares aprovechando mi condicion de guiri, ellos me dan coversacion y un plato de su comida gratis. Cuan variable puede ser la naturaleza humana. Las dos horas de espera se evaporan con la lluvia que no deja de caer.

Bus por las carreteras imposibiles que llevan a Santa Elena. Un dia completo.

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